Son años de Cambio y el INSTITUTO DE ASISTENCIA SOCIAL PARA EL EMPLEADO PÚBLICO no puede estar al margen de esta evolución y del crecimiento que está desarrollando la Provincia de la mano del Dr. Gildo Insfrán.

Ayer las decisiones estaban concentrada en los jefes: tener información daba poder. Su análisis y consecuente toma de decisiones estaban en manos de unos pocos privilegiados. Estos utilizaban su cabeza; el resto, sus manos. «Le pago para que trabaje, para pensar ya estoy yo» era una frase muy oída del ayer. Hoy las nuevas tecnologías han puesto al alcance de muchas más personas la información, su correspondiente análisis y sus consecuencias. Son también más los que pueden pensar y tener criterio basado en la información. El poder de la información ya no acredita al jefe; este debe lograrlo por otras razones. La información hoy ya no es privada, en algunos casos es hasta popular y circula de boca en boca.

Hoy las variables a controlar son muchas más porque los riesgos también son mayores. El control es la comparación entre lo previsto y la realidad, con períodos de control cortos para poder rectificar. No interesan los culpables, se necesitan colaboradores capaces de definir dónde quieren ir, que sepan cómo medir, analizar y rectificar con agilidad, sobre la marcha, todas las desviaciones, recuperarlas y compensarlas. Se controla para garantizar el éxito, para coordinar los recursos, para aprovechar las oportunidades por encima de lo presupuestado. Se trata de ganar al presupuesto, no de encontrar excusas y culpables.

Hoy ya no caben los buenos actores, ya no se miden las apariencias, lo prioritario es alcanzar los objetivos. Hoy sabemos que las personas han de cubrir tres tipos de necesidades para tener ganas, ilusión y en definitiva, para que quieran hacer bien su trabajo:

  • Un primer nivel que cubra sus necesidades vitales, es decir, el dinero.
  • Un segundo nivel que cubra sus necesidades de identidad como persona.
  • Un tercer nivel que cubra sus necesidades de prestigio, de sentirse útil.

Estas tres necesidades engloban el dinero, la comunicación, la formación, las relaciones con los compañeros, la participación en las decisiones, la agilidad en las respuestas, el reconocimiento, el rigor, la amabilidad, las comodidades en el puesto de trabajo y en la empresa y la calidad de los detalles. En las empresas e instituciones hay más variables a controlar, más personal que dirigir, más clientes que satisfacer, y para todo ello hace falta tiempo y este no se alarga indefinidamente. Los costes nos limitan la posibilidad de incorporar más personal, con lo cual nos vemos obligados a trabajar más horas y a organizarnos mejor el tiempo. Esta es la solución y por este motivo tenemos que enseñar a nuestros colaboradores conceptos como la puntualidad, el orden, el ser breves, el concentrar la información, el control, las técnicas de participación en reuniones, el saber delegar, el saber escuchar, el saber motivar, el saber evitar la crisis, el saber retener a los clientes, la coordinación interna y externa.

Por todo lo expuesto el IASEP, como una institución que quiere ser parte de este nuevo modelo de provincia, demanda un área de Recursos Humanos que dé las herramientas a todos quienes conformamos esta institución para enfrentar al cambio, que nos prepare en conceptos como la puntualidad, el orden, el ser breves, el concentrar la información, el control, las técnicas de participación en reuniones, el saber delegar, el saber escuchar, el saber motivar, el saber evitar la crisis, el saber retener a los clientes y que nos lleve de la mano en este desafió de “HACER DE IASEP LA OBRA SOCIAL CON MEJORES PRESTACIONES Y ATENCIÓN AL AFILIADO FORMOSEÑO”, que sin lugar a dudas juntos ¡podemos lograr!